Corpesca firma protocolo de buenas prácticas para la gestión de olores

El documento derivado de un trabajo conjunto entre el Ministerio de Medio Ambiente y representantes del sector pesquero del Norte, busca oficializar el compromiso de la industria en materia de mitigación de olores, como parte de sus acciones enfocadas en el desarrollo de una producción sustentable.

Hace alrededor de diez años, las empresas pesqueras del norte grande del país han destinado esfuerzos a mitigar la generación de olores derivados de sus procesos productivos. Es por eso que, a pocos días del cambio de década, y como una forma de oficializar su compromiso con este objetivo, distintos actores de la industria firmaron el Protocolo de Buenas Prácticas Pesqueras para la Gestión de Olores. 

El protocolo es el resultado de los acuerdos de una mesa de trabajo público privada iniciada en marzo del 2019, y conformada por representantes de la Seremi de Medio Ambiente, los departamentos de Medio Ambiente de las comunas donde opera la pesca industrial y de las empresas Corpesca, Camanchaca y Centro de Investigación Aplicada del Mar (CIAM).

Se consideraron como líneas de trabajo el registro de buenas prácticas operacionales para la mejora continua en la gestión de olores; el fortalecimiento del conocimiento en materia de olor en la industria pesquera; el apoyo y participación en la elaboración de la norma de olores desarrollada por el Ministerio de Medio Ambiente; y el análisis de la implementación de tecnologías disponibles para el sector.

“Esta instancia nos ha permitido reafirmar nuestro compromiso con el cuidado del medioambiente y la sana convivencia con las poblaciones aledañas a nuestra producción. Pero también ha sido fundamental para conocer las mejores prácticas en estas materias, evaluar el uso de nuevas tecnologías y tomar un rol activo en la elaboración de las normativas que nos regirán en el futuro”, afirma Miguel Ángel Escobar, gerente de Operaciones de Corpesca.

En lo concreto, el protocolo cuenta con siete fichas, elaboradas en función del proceso productivo de la harina de pescado, desde la descarga y transporte de la materia prima, hasta la operación propiamente tal. Estas contemplan conceptos de hermeticidad, limpieza, mantenciones periódicas y capacitaciones a los operarios, entre otros. Todo va en línea con la Estrategia para la Gestión de Olores en Chile.